Antología del taller literario ANAMURI 2021
Las mujeres históricamente hemos sido invisibilizadas de los relatos escritos, las mujeres campesinas, mapuche, aymara, colla, quechua, diaguita, likanantay, changa o afrochilena no hemos sido protagonistas ni mucho menos autoras de los relatos que han terminado reflejando la mirada y las experiencias de otros, y que en general no representan nuestra forma de observar y de vivir. Nosotras, las de origen desconocido, las de origen pobre, las del barro, las cotidianas, las populares, las simples, las indígenas, las de la tierra y las que buscamos bajo el cemento, las que todos los días nos hacemos cargo de la reproducción de la vida no tenemos el tiempo que nos permita escribir, no sabemos cómo acceder a una beca que nos garantice la creatividad sin interrupciones, no tenemos los contactos y no sabemos técnicas de relato ni de escritura. A pesar de ello, portamos en nuestros cuerpos los relatos orales de nuestras ancestras y ancestros, escuchamos desde siempre el cuento, la historia, el poema simple que ha surgido naturalmente de la espontaneidad del campo y de la vida de tierra y que afortunadamente se ha traspasado de generación en generación hasta llegar a nosotras, las que hemos sido protagonistas de todo acontecer en este territorio. Sin nosotras los acontecimientos no hubiesen sido los mismos, y no nos hubiesen llevado hasta donde nos encontramos ahora, simplemente no hubiésemos sobrevivido a tanta guerra, dolor, miedo, angustia y a la tormenta; cuando hacía falta nosotras llenamos de alegría, fuerza y lucha, llenamos de sol cada nuevo día y dimos la esperanza con cada nacimiento que garantizó nuestro vientre colectivo.
* Puedes descargar el poemario en versión PDF
En contexto de estallido social y luego de pandemia, todas estas emociones afloraron aún más fuertemente, nuestros cuerpos se hicieron cántaros para seguir guardando todo aquello que nos sucedía, y que al compartirlo entre nosotras constatábamos que nos sucedía lo mismo, entonces necesitábamos sacar juntas todo el torbellino interno y reflejarlo en el afuera, pero no sabíamos muy bien cómo hacerlo. Todas las que fuimos partícipes de esta iniciativa sentíamos el llamado de la escritura, lo habíamos dejado guardado, o lo habíamos hecho a pulso, por instinto, según iniciativa propia y en silencio, sin compartirlo con nadie, sin búsqueda de protagonismo alguno. Ante el difícil momento que enfrentábamos y las necesidades colectivas de vaciar lo acumulado devino este Taller Literario de ANAMURI, decidimos poner en marcha un espacio protegido para la escritura de las mujeres rurales e indígenas que somos parte de esta organización, nos auto convocamos entre nosotras a lo largo del país, nos comenzamos a reunir virtualmente en primavera y dimos termino a las sesiones en otoño, fue la forma que la pandemia nos permitió reunirnos cada semana. Una de nosotras mismas fue la maestra, quien solidariamente nos entregó sus conocimientos y experiencia, y nos enseñó, guío y acompañó en el camino de las letras a pesar de que nunca pudimos concretar una reunión presencial. Respecto de este libro que contiene el resultado de este trabajo individual pero profundamente colectivo, podemos agradecer el apoyo de la Fundación Liderando desde el Sur, amigas de nuestra organización desde hace varios años y que siempre han sabido acompañar adaptándose a nuestros objetivos y necesidades organizacionales, dándonos la libertad para nuestro accionar. Nunca antes se había desarrollado un Taller Literario en ANAMURI, esta ha sido nuestra primera experiencia colectiva de mujeres de la tierra en la escritura, sabemos que hay muchas más que 9 " están escribiendo en algún rincón de nuestros territorios, otras muchas que tienen el deseo y no han podido concretarlo y además el mundo actual en proceso de cambio necesita de estas otras palabras y voces, por todo ello dejo escrita aquí la necesidad de que se vuelva a repetir.
Gabriela Curinao Ladino ANAMURI
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